Durante mi educación primaria he tenido grandes experiencias, generalmente buenas.
Todos mis compañeros de clase, que afortunadamente hemos llegado juntos casi hasta el bachillerato, era niños muy aplicados y competitivos, incluso solíamos compararnos las notas, para ver quien tenía mayor nota. Yo personalmente he tenido una suerte increíble, ya que en mi clase todos éramos iguales para los profesores y por ello, todos nos veíamos de manera igualatoria, quitando como siempre a un par de alumnos, pero por lo general éramos iguales. Esto era tanto que, yo por ejemplo tengo un pequeño problema físico y nunca, repito nunca se han metido con migo ni se han reído.
El único problema que tenía mi clase era que éramos muy charlatanes, pero como solían decir los profesores, lo contraponía el que obteníamos muy buenas calificaciones.
A mí, me encantaba mi clase y si pudiera volver a estar en primaria volvería, para mí fue una experiencia fantástica. Desde infantil nos nombraron la clase bla bla.
Mi clase estaba distribuida en micro sociedades, y siempre o casi siempre nos mandaban actividades por grupo. Me acuerdo de una que hacíamos en conocimiento del medio que se llamaba lucha. En ella dividíamos la clase en dos equipos y de un temario teníamos que sacarnos preguntas y preguntárselas al equipo contrario. Con ello el profesor pretendía que aprendiésemos en grupo y que nosotros mismos buscásemos información.
En cuanto a los profesores, los había de todo tipo, en mi clase el que más nos llamaba la atención era el de música, además este profesor cada vez que quería decir que entraba en clase, pegaba en la puerta de una manera especial, y todos decíamos… ¡Don Joaquín!, la profesora de religión, también la queríamos mucho y ella a nosotros, con ella montábamos el Belén que creábamos nosotros mismo con plastilina, la de inglés... a mi particularmente ella no me gustaba mucho, sin embargo cuando entre en quinto de primaria, tuve otra y esta me encanto al igual que el que tuve en segundo de primero. También el de conocimiento del medio, el nos daba las clase súper entretenidas y para ampliar nuestro conocimiento nos decía de hacer trabajos voluntarios, estos subían un punto el examen, por lo tanto todos los de clase los hacíamos, de hecho nos ponía 11 en los exámenes.
En resumen mi experiencia en primaria fue de los más gratificante posible, gracia tanto a los compañeros como a los profesores. La mayoría de ellos hacia las clase muy entretenidas, y no eran profesores la mayoría de una clase estilo monologo sino que querían nuestra participación constante, con nuestra opinión, que aportaríamos en clase….
